Es cierto que existen grandes diferencias entre una piscina de obra, excavada en el suelo y recubierta con azulejos, y una piscina desmontable elevada sobre el terreno de nuestro jardín o terraza. Sin embargo, estas diferencias, guardando las distancias, se están viendo reducidas desde la irrupción en el mercado de las piscinas de madera.
Por ello, en este artículo te vamos a explicar las ventajas y desventajas de optar por una piscina elevada de madera respecto a las habituales de PVC, para que puedas disfrutar del baño y refrescarte dándote un buen chapuzón en familia o con amigos durante la próxima temporada de verano.
Piscinas de madera: características básicas
Las piscinas de madera son instalaciones que pueden ser temporales o permanentes que se realizan en base a la madera como material principal. La madera se ha utilizado tradicionalmente y durante milenios para elaborar todo tipo de estructuras, como vigas, casas, muebles, etc., ya que es un material muy resistente. Además, la madera tiene algunas ventajas, como, por ejemplo, que es duradera, flexible, ecológica, es capaz de adaptarse y, lo mejor de todo: que es estéticamente agradable.
Este tipo de piscinas se suele fabricar con madera de roble y de pino que reciben un tratamiento antihumedad para evitar que el agua produzca desperfectos y roturas en la propia estructura. Por ello, esta madera se puede dejar en el exterior sin que sufra daños durante un periodo mínimo de 10 años.
Existen todo tipo de piscinas de madera de diferentes tamaños y formas, como las rectangulares, las redondas y las cuadradas, permitiendo, además diferentes acabados según nuestros gustos. De esta manera, tenemos piscinas de madera con un aspecto más moderno y otras con un aspecto más clásico e incluso rústico.
El coste de estas piscinas es bastante menor que el de una piscina de obra, pero puede variar dependiendo del diseño, del tamaño y de la calidad de los materiales que quieras para este tipo de piscinas de madera. Así pues, puedes encontrar modelos excelentes en una horquilla de precios que varía entre los 1.000€ y los 5.000€.
Es importante tener en cuenta que este tipo de piscinas no es necesario desmontarlas después de la temporada de verano, ya que, al estar hechas de madera con tratamiento antihumedad son capaces de soportar las inclemencias meteorológicas durante la temporada de invierno.
Piscina de madera vs piscina de PVC: diferencias elementales
Existen bastantes diferencias entre las piscinas de PVC y las que están hechas con madera, por lo que, si estás buscando adquirir una piscina desmontable para instalar en tu jardín la próxima temporada de verano, debes prestar especial atención a los siguientes datos:
Si tienes una piscina de PVC es necesario que la desmontes y la guardes en un lugar cerrado y seco durante el invierno, ya que este tipo de piscinas tienen elementos de hierro que se pueden oxidar, lo que puede ocasionar rápidamente que su estructura se deteriore.
Sin embargo, las piscinas elevadas de madera se pueden dejar como una instalación fija, ya que, al estar compuestas con una madera con tratamiento antihumedad, pueden quedarse a la intemperie y soportar días de lluvia, nieve y la incidencia de los rayos solares durante un periodo de, como mínimo, 10 años sin estropearse, lo cual es una ventaja.
Otra de las diferencias que podemos encontrar es la estética, ya que mientras las de PVC no son muy bonitas y no aportan ningún toque estético al espacio, las piscinas de madera sirven como elemento decorativo para completar la ornamentación de los exteriores, ya que la madera es un elemento que aporta belleza y un toque natural al entorno.
La durabilidad es una diferencia bastante notable entre estos dos tipos de instalaciones, ya que, mientras las de PVC, dependiendo del modelo y de los materiales, pueden durar entre 6 y 15 años, una piscina de madera puede durar entre 10 y 15 años sin estropearse.
Finalmente, el precio es otra de las diferencias más importantes, ya que, las de PVC suelen ser más baratas, entre los 150€ y los 1.500€ dependiendo de la calidad de los materiales y de su tamaño. Sin embargo, las piscinas de madera normalmente tienen un coste un poco mayor, partiendo de los 1.000€ las más baratas hasta los 5.000€ las más caras.
¿Una piscina con madera es una buena elección?
Pese a que tienen un precio más elevado que otras piscinas desmontables, las piscinas elevadas de madera siempre son una buena opción, ya que su funcionamiento y mantenimiento es bastante similar al de las piscinas de obra.
Además, hemos visto que tienen numerosas ventajas, como, por ejemplo, el hecho de no tener que desmontarlas al terminar la temporada de verano, y al hecho de que sean muy resistentes a las agresiones meteorológicas, como al frío, a la incidencia del sol y a la lluvia.
Todo ello, gracias a la utilización de buenos tipos de madera, como las de pino y roble a las que se le aplica un tratamiento antihumedad que hace de estos materiales unos de los más duraderos en el contexto de piscinas desmontables para jardín.
Esto permite ahorrar mucho trabajo y dinero, ya que este tipo de piscinas permite el invernaje, es decir, utilizar productos durante el invierno para mantener el agua limpia y en perfectas condiciones para la siguiente temporada de baño, con lo que no es necesario volverla a llenar de agua el siguiente verano. Además, el montaje y el desmontaje requiere bastantes horas, por lo que es una opción perfecta para aquellas personas que tienen poco tiempo para dedicarlo en este tipo de tareas repetitivas.
Así, las piscinas de madera son de larga duración y permiten aportar un toque estético y elegante a tu jardín gracias a la textura y el colorido de la madera. De esta manera, permite darle un toque más natural y ecológico al entorno del jardín durante todo el año, ya que se convierte en un elemento decorativo más, integrándose perfectamente en el entorno.